Agrovoltaica, un modelo de energía a tener en cuenta
La agrovoltaica es la solución de energía solar fotovoltaica que permite la producción agrícola, generando beneficios ambientales, económicos y sociales.
La expansión de las energías renovables cuenta con un gran número de beneficios reconocidos en diversos ámbitos como el social, el medioambiental y el económico. Pero la instalación de elementos como los parques eólicos y solares, en ocasiones genera alteraciones para la población. Cada vez es más frecuente la búsqueda de modelos que satisfagan las necesidades ambientales y a la vez respeten el estilo de vida de las personas que residen en dichas zonas. En este sentido, la energía agrovoltaica se está estableciendo como una solución para contentar a todas las partes.
La energía agrovoltaica (también llamada agrivoltaica o agrofotovoltaica) es un modelo en el que coexisten en el mismo terreno paneles solares para la generación de electricidad junto con la producción agrícola y/o el pastoreo de animales. Esto es posible gracias a la elevación de las placas solares por encima del suelo de cultivo.
Este método tiene su origen en 1981 por los autores alemanes Armin Zastrow y Adolf Goetzberger. Los investigadores propusieron elevar dos metros la estructura para lograr que la luz solar llegara al suelo y permitir a su vez el paso de la maquinaria agrícola. En 2004, el japonés Akira Nagashima creó una estructura basándose en estos conocimientos, con el objetivo de permitir que los cultivos recibiesen la luz suficiente para la fotosíntesis, y aprovechando el exceso de energía resultante para generar electricidad. Recientemente se han desarrollado otros prototipos en Francia, Estados Unidos, Malasia e India.
Un modelo que permite diversas posibilidades
Entre las posibles alternativas se encuentra la denominada “agrovoltaica dinámica”, que consiste en la instalación de los paneles sobre unos cables elevados, que permiten desplazar manualmente las placas en función de las necesidades de los agricultores. Otras instalaciones cuentan con sistemas incorporados que permiten la orientación de los paneles para que los cultivos reciban las horas de sol necesarias para su desarrollo. En estos casos es necesario el manejo mediante softwares complejos para calcular la meteorología, los periodos de crecimiento y las necesidades de los cultivos. La instalación de placas solares en los techos de los invernaderos es otra posible solución para la coexistencia de ambos modelos. Para conocer más sobre el impacto medioambiental de las placas solares y sus beneficios, consulta el artículo «Eficiencia de la energía solar fotovoltaica«
Cabe destacar que no todos los cultivos tienen las mismas características, por lo que su correcto desarrollo dependerá de las horas de sol y sombra que reciban. Por ello es importante realizar un estudio previo para elegir el tipo de cultivo adecuado, ya que cada uno tiene sus peculiaridades. Una mala elección en las plantaciones puede provocar que el cultivo no salga adelante.
Beneficios
La agrovoltaica se plantea como una alternativa que permitiría respetar, por una parte, el impacto paisajístico como consecuencia de la instalación de campos de paneles solares, y además, reduciría el impacto sobre los ecosistemas y la biodiversidad. Esta coexistencia no afectaría al modo de vida de las comunidades locales en las que la ganadería y la agricultura tienen gran importancia para su desarrollo económico y social, sin que sea necesaria la imposición de un modelo y la exclusión de otro. También puede repercutir de forma positiva en el bienestar animal y en las especies polinizadoras.
Perspectivas de futuro
De forma reciente, se están desarrollando paneles solares con materiales polímeros semitransparentes que puedan permitir el paso de las longitudes de onda de luz solar necesarias para la fotosíntesis, y que a la vez absorban el resto de ondas para generar energía. Una tecnología similar se está desarrollando en los cristales de las ventanas gracias a un material llamado perovskita.